¡A PESAR DE TODO, UN FINAL FELIZ!
No habrá más lágrimas entonces, ni dolor. Los animales salvajes retozarán en vez de matar. Una vez más la creación funcionará como Dios quiso que funcionara. La paz reinará, no solamente entre Dios y las personas; sino también, entre ÉL y toda la creación. El reino saldrá a la luz. La Ciudad de Dios abrirá sus puertas de par en par.