EL LIBRO DE DANIEL (PARTE 7)
Al llegar al clímax, la furia de la cuarta bestia, Daniel vio poner unos tronos, y al Anciano de días ocupar su asiento de juicio. Revestido de luz inefable, cercado de millones de millones que le servían, el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. Esta figura se refleja claramente en Apocalipsis 20:4.