PRIMERA IGLESIA BAUTISTA HISPANA
PHILLIPSBURG, NEW JERSEY

EL LIBRO DE DANIEL (PARTE 2)

 Textos: 2 Timoteo 3:16 y el libro de Daniel.

 Fecha: 07/14/22

 Enfoque: Madurez Cristiana – 02

 Rev. Josias Lima

 

Tema: El libro de Daniel (Parte 2) 

 

Objetivo: Llevar a los creyentes al conocimiento fundamental del libro de Daniel según la palabra de Dios.

Palabras  clave: reino, reinar, dominio, gobierno, señor, príncipe, sueños, misterio, visión, santos, tiempo, promesa, esperanza, fe, fidelidad.

Versículos clave:

     “Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz”. Daniel 2.22

     “Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”. Daniel 7.14 

  1. Daniel (Dios es mi juez, juez de Dios)

      Pertenecía a una familia noble de Judá (Dn 1.6). En 605 a.C. fue llevado a Babilonia en la primera deportación. Fue educado en la corte de Nabucodonosor, instruido en la escritura y el idioma de los babilonios y se le dio el nombre de Beltsasar (Aquel a quién Bel favorece). Después de unos tres años de educación y de resistir el impacto de la cultura y la religión babilónica, según el libro de Daniel, este y sus compañeros aventajaban a todos los demás, por lo que recibieron buenos puestos al servicio del rey. Se hizo famoso como intérprete de visiones (Dn 2–5). Su fama creció cuando, mediante sus propias visiones, profetizó el triunfo del reino mesiánico (Dn 7–12). Se distinguió por su valor y su tenaz observancia de la Ley. Gozó de la protección especial de Jehová, tanto en la corte (Dn 1) como en el foso de leones (Dn 6). Con gran sabiduría sirvió en el gobierno bajo Nabucodonosor, Belsasar y Darío el medo. Tuvo su última visión en el tercer año de Ciro (536 a.C.), cuando ya tenía 80 años. Según una tradición rabínica, Daniel volvió a Jerusalén con los cautivos liberados por el decreto de Ciro.

  1. Estructura del libro de Daniel.

  • Primera parte: La historia personal de Daniel (1.1–21)
  1. Daniel es llevado a Babilonia 1.1–7
  2. La lealtad de Daniel en Babilonia 1.8–16
  3. Reputación de Daniel en Babilonia 1.17–21
  4. El sueño de Nabucodonosor 2.1– 49
  • Segunda parte: El plan profético para los gentiles (2.1 — 7.28)

I. El sueño de Nabucodonosor (2.1–49)

A. Nabucodonosor encubre su sueño 2.1–13

B. Dios revela el sueño 2.14–23

C. Daniel interpreta el sueño 2.24–45

D. Nabucodonosor asciende a Daniel 2.46–49

II. La imagen dorada de Nabucodonosor 3.1– 30

A. Se prepara la imagen de Nabucodonosor 3.1–7

B. Los amigos de Daniel rehúsan adorarla 3.8–12

C. Los amigos de Daniel confían en Dios 3.13–18

D. Se protege a los amigos de Daniel en el horno 3.19–25

E. Ascensión de los amigos de Daniel 3.26–30

III. La visión del gran árbol de Nabucodonosor 4.1– 37

A. La proclamación de Nabucodonosor 4.1–3

B. La visión de Nabucodonosor 4.4–18

C. Daniel interpreta la visión 4.19–27

D. La humillación de Nabucodonosor 4.28–33

E. La restauración de Nabucodonosor 4.34–37

IV. Belsasar y la escritura en la pared 5.1–31

A. Belsasar contamina los vasos del templo 5.1–4

B. Belsasar ve la escritura 5.5–9

C. Daniel interpreta la escritura 5.10–29

D. Belsasar muere 5.30–31

V. Decretos de Darío 6.1–28

A. Ascenso de Daniel 6.1–3

B. Darío firma un decreto tonto 6.4–9

C. Daniel ora fielmente 6.10–15

D. Daniel en el foso de los leones 6.16–17

E. Daniel es salvado de los leones 6.18–24

F. El decreto sabio de Darío 6.25–28

VI. Daniel y su visión de las cuatro bestias 7.1– 28

A. La revelación de la visión 7.1–14

B. La interpretación de la visión 7.15–2

  • Tercera parte: El plan profético para Israel (8.1 — 12.13)

I. Daniel y su visión del carnero y el macho cabrío 8.1–27

A. La revelación de la visión 8.1–12

B. La extensión de la visión 8.13–14

C. La interpretación de la visión 8.15– 27

II. Daniel y su visión de las 70 semanas 9.1– 27

A. El entendimiento de Daniel 9.1–2

B. La intercesión de Daniel 9.3–19

C. La intervención de Gabriel 9.20–23

D. La revelación de las 70 semanas 9.24– 27

III. Daniel y su visión del futuro de Israel 10.1 —12.13

A. La preparación de Daniel 10.1–21

B. Los reyes del norte y del sur 11.1–35

C. El rey que se magnífica a sí mismo 11.36— 12.3

D. La conclusión de las visiones de Daniel 12.4–13

            Los doce capítulos de Daniel pueden dividirse en tres secciones importantes:

1). Sección uno – Información acerca de Daniel (capítulo 1).

2). Sección dos – Relatos sobre Daniel y tres amigos durante los días de cautividad entre los babilonios y los persas (capítulos 2–7).

3). Sección tres – Los sueños y visiones de Daniel referentes al futuro de Israel y los postreros días (capítulos 8–12).

            En la segunda sección (capítulos 2–7), Daniel y sus amigos se vieron sometidos a diversas pruebas, pero a través de ellas demostraron que aunque estaban cautivos de un pueblo pagano, el Dios que adoraban todavía era el Rey de reyes. Los amigos de Daniel (que recibieron los nombres de Sadrac, Mesac y Abed-nego) no quisieron adorar a los dioses babilónicos. Los arrojaron entonces en un horno encendido. Para asombro de sus verdugos, el fuego no los quemó porque Dios les dio su protección. A Daniel, que no quiso adorar a Darío, el rey de Persia, lo echaron en una guarida de leones. Pero Dios intervino directamente y lo protegió. En todas estas pruebas se demostró que el Dios al que servían era superior al dios de sus captores. La capacidad de Daniel como intérprete de sueños queda bien establecida en esta segunda sección del libro. Le interpretó varias visiones y sueños al rey Nabucodonosor de Babilonia. Mientras le revelaba lo que apareció escrito en la pared al sucesor de Nabucodonosor, Belsasar, dejó bien claro que el Imperio Babilónico sucumbiría ante los medos y los persas. Esto sucedió exactamente como dijo Daniel (5.13– 31), quien continuó sirviendo en la corte del recién establecido rey persa.

              La sección final del libro de Daniel (capítulos 8–12) consiste en una serie de visionessobre una sucesión de reinados y los postreros tiempos. Estas visiones las tuvo el profeta durante sus años de cautiverio. Estando junto al río Tigris, vio en visión que un macho cabrío atacaba a un carnero. El macho cabrío simbolizaba a los griegos, quienes habrían de derrotar a los medos y a los persas (Dn 8.20–21). Este macho cabrío tenía cuatro cuernos, que representaban la futura división del Imperio Griego entre los cuatro generales de Alejandro Magno. En otra extraordinaria mirada al futuro, Daniel presenta la profecía de las SETENTA SEMANAS. En esta visión, el ángel Gabriel reveló a Daniel que Israel un día volvería a su territorio después de su período de cautividad. Esto se vería años después con la llegada del Mesías. Pasado todo esto llegaría el juicio final y el fin de las edades. El espectacular libro de Daniel concluye con una visión del juicio final, en el que los justos recibirán vida eterna y los malos recibirán el castigo que les impondrá Dios (12.8– 9).

Pastor Josías Lima

Pastor Josías Lima

El Pastor Josias Lima nació en Brasil en 1969. En 2016 se mudó al Estado de Nueva Jersey, EE.UU. con su esposa y sus dos hijos. En abril de 2021, deciden mudarse a la ciudad de Phillipsburg, NJ, con el objetivo de vivir más cerca de la iglesia, en la cual pastorea.

Fue ordenado en una iglesia bautista, en Río de Janeiro, Brasil, en agosto de 1997. Él completó el Bachillerato en Teología y otras carreras. A lo largo de su carrera ministerial, ha actuado como pastor principal y asociado.

Es un cristiano apasionado por los pueblos de habla hispana y por la gracia de Dios, está sirviendo en una iglesia bautista hispana, a personas de diferentes naciones de Hispanoamérica. Está agradecido con Dios por el llamado, por el ministerio, por poder anunciar el evangelio, por ofrecer a otros la oportunidad de aceptar a Jesús como su Salvador y enseñarles a cultivar una relación personal con Dios y con las demás personas.

Lejos de su patria, confía en que servir en esta misión es prioridad, un don que Dios le reservó en la vida nueva, que recibió por medio de Cristo: “…me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8).